miércoles, 21 de noviembre de 2012

Castañar de Obona



 El nombre de Obona va inevitablemente unido al Monasterio de Santa María la Real situado en las inmediaciones y que era paso obligado para los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela. 



En lo que apenas se repara es en el inmenso bosque de castaños que hay en las inmediaciones y por el que discurre en parte dicho camino de Santiago. Se extiende a lo largo de más de doscientas hectáreas desde el Alto de Piedratecha hasta Troncedo. 


Puede dar una idea de su importancia el hecho de que en el año 1997, en un artículo publicado en la revista Biológica, dedicada  a la divulgación de temas de conservación e investigación de la naturaleza, ya se hablaba de este bosque como uno de los de mayor entidad de la región.


Además, estos días de otoño presenta unos magníficos tonos dorados y marrones que realzan aún más si cabe el entorno en el que se encuentra el Monasterio. Sin duda merece la pena que peregrinos o visitantes hagan un alto en el camino para contemplarlo.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Atropellos



 Todos los años mueren en las carreteras cientos de miles de animales victimas de atropellos. Hace unos días al pasar por la carretera de Tineo a El Rodical, encontré una marta (Martes martes) atropellada lo que me hizo recordar los datos que había recopilado en aproximadamente año y medio en los que me dedique a anotar todos los animales (mamiferos y aves grandes, fácilmente identificables a primera vista para evitar detener el coche en sitios potencialmente peligrosos para la circulación) que me encontraba atropellados por las carreteras del concejo, principalmente en los tramos Navelgas-Cangas del Narcea, pasando tanto por Tineo como por Gera y El Puelo.

Solo dentro del concejo de Tineo encontré 36 erizos, con diferencia el animal más atropellado, 11 zorros,  7 ardillas, 5 ginetas, 5 martas, 2 garduñas, 2 tejónes, 1 hurón, 1 nutria y 1 cárabo. Entre los animales domésticos también aparecieron 23 gatos y un perro. En este tiempo seguro que hubo atropellos de corzos y jabalíes pero, por su tamaño, al causar accidentes de mayor consideración, seguramente fueron retirados con lo cual son más difíciles de contabilizar.

 
 De todos estos datos se podía llegar a la conclusión de que hay dos o tres puntos negros  en cuanto a atropellos que afectan principalmente a martas, ginetas y tejones. Uno de ellos era precisamente la carretera entre Tineo y El Rodical, aproximadamente donde  se encontraba la curva de la Chamera, con varias martas atropelladas. El otro es la recta que hay antes de Troncedo cuando se va dirección Tineo  a Navelgas, con varias martas y ginetas atropelladas. En ambos sitios, a uno de los lados de la carretera hay un importante talud que puede dificultar el paso de los animales, obligándolos a permanecer más tiempo en la carretera buscando la salida, aumentando de este modo sus posibilidades de morir atropellados.

Respecto a los tejones, un sitio donde suelen aparecer atropellados es la zona entre el Crucero y La Pereda, donde ya fuera del periodo anterior, todavía localicé algún ejemplar.  Esta carretera tiene mucho tráfico y muchas plantaciones de maíz alrededor, donde los tejones se alimentan con lo que se dan las condiciones ideales para que sean atropellados.


En los primeros casos, la solución posiblemente pasaría por el diseño y adecuado trazado de los taludes que deberían facilitar el paso de los animales mientras que en el caso de los tejones, posiblemente solo se evitarían algunos atropellos moderando la velocidad por la noche y extremando la atención al conducir.

También hay que decir que en ocasiones, los atropellos son totalmente intencionados por parte de los conductores, sobre todo cuando se trata de pequeños animales que no causarán un daño al coche y que arrastran cierta  leyenda negra, como es el caso de por ejemplo los sapos o las culebras. Si se dispone de un coche tipo todoterreno o incluso un tractor, también se de casos de embestir un despistado corzo o jabalí que acabará convertido en chorizos. Y es que ya se sabe que en ocasiones el coche despierta nuestros más atávicos instintos, en este caso el cazador.