Hacia ya unos días que veía una pareja de colirrojo tizón (Phoenicurus ochrurus) por los alrededores de casa. Ambos miembros de la pareja tienen una coloración similar, probablemente debido a que se trata de un macho joven, ya que en los individuos adultos el dimorfismo es más evidente.
Un día al entrar en una antigua cuadra, donde se guardan las bicicletas, salio uno de ellos volando hasta un manzano situado en las proximidades desde el cual comenzó a emitir un reclamo insistentemente. No ví de donde salía exactamente, pero me supuse que tenía en nido cerca. El único sitio en el que me parecía que podía estar era en un nido de golondrina que se encuentra en una viga del corredor. No se veía ningún rastro ni se oía nada y no me atrevía a mirar en el nido, ya que al ser de barro, es muy fácil dañarlo.
Solo era cuestión de tener paciencia y esperar. Efectivamente, transcurridos unos días se comienzan a ver los excrementos de los pollos en el suelo, las idas y venidas de los padres con la comida, el nerviosismo de estos ante la proximidad al nido de gatos o personas y los sonidos de los pollos que únicamente se oyen en el momento de ser cebados por los padres, al contrario de los herrerillos, los cuales por cierto salieron del nido sin contratiempo, que podían oírse en cualquier momento.
Este nido solían ocuparlo las golondrinas avanzada ya la estación de cría por lo que estaremos atentos a ver si este año continúan criando los colirrojos hasta el final, o finalmente las golondrinas expulsarán a los "okupas" para reclamar sus derechos de propiedad sobre él.
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