martes, 15 de noviembre de 2011

Hayedos

Estos días pueden verse en todo su esplendor otoñal los hayedos de la Cordillera Cantábrica, con toda una amplia gama de colores desde el verde al amarillo pasando por distintos tonos de ocres.

En España los hayedos ocupan más de 300.000 hectáreas de superficie, principalmente por la zona norte desde los Ancares lucenses hasta los Pirineos, pudiendo encontrarse también hayedos relictos en el Sistema Central. En Asturias, la superficie cubierta por este tipo de bosque es de unas 56.000 hectáreas. Pese a lo que puede pensarse, la irrupción del haya (Fagus sylvatica) en la Península es relativamente reciente, hace aproximadamente unos 5.000 años, produciéndose su mayor expansión en los últimos 3.000 años.

El haya es una especie amante de la sombra necesitando sobre todo en sus primeros años una cubierta o dosel protector. También necesita un cierto grado de humedad ambiental, prosperando en zonas con abundantes nieblas y en laderas preferentemente orientadas al norte, entre los 700 y los 1.900 metros de altitud. Sus raices son bastante superficiales por lo que los vientos fuertes pueden derribar ejemplares, abriéndose de este modo claros en el bosque, que van a favorecer el desarrollo de otras especies.

Florecen entre los meses de abril y mayo y sus frutos, los hayucos ricos en grasas, maduran en los meses de septiembre y octubre. Una característica de la especie es su vecería; a un año de excelente cosecha de hayucos siguen varios años de producción prácticamente nula. En la Península, las cosechas buenas suelen acontecer cada tres o cuatro años aproximadamente y pueden llegar a producir cerca de 1.000 kilos de hayucos por hectárea.

Otra característica es que la densidad de las ramas y hojas de las hayas impiden el paso de gran cantidad de luz con lo cual llegan a dominar a otras especies arbóreas mas heliófilas y se asocian a especies de temperamento parecido al suyo como los tejos o los acebos. En cuanto a otras plantas, en el oscuro sotobosque de los hayedos apenas encontramos unas pocas especies que deben darse prisa en florecer antes de que broten las hojas de las hayas e impidan el paso de la luz hasta el suelo. La ventaja es que pasear por el interior de los hayedos es bastante fácil ya que apenas encontraremos matorrales. Además cuando aprieta el calor durante el verano, la temperatura en el interior del hayedo será varios grados más baja siendo más agradable el paseo.

En cuanto la madera, es fácil de trabajar y apenas tiene olor por lo que se emplea para fabricar utensilios de cocina como recipientes, cucharas, tenedores etc… También se emplea para leña debido a su gran poder calorífico y su lenta combustión. El tradicional aprovechamiento de las ramas bajas para su empleo como leñas ha dado lugar a ejemplares trasmochos, abundantemente retorcidos y con numerosas oquedades que son un excelente refugio para diferentes especies.

En cuanto a la fauna los hayedos albergan a las especies más representativas como el oso y el urogallo además de otras como lirones grises y caretos, corzos, jabalíes, zorros, tejones, pito negro, trepadores azules etc… Son también importantes las especies de insectos presentes entre las que destaca el cerambícido Rosalia alpina.

Los hayedos más importantes del Principado de Asturias en cuanto a su extensión y estado de conservación son, probablemente, el Monte Redes en Caso y el Hayedo de Hermo en Cangas del Narcea. En Tineo podemos encontrar algunos hayedos, de poca extensión, en la zona de los Cadavales, o formando pequeños rodales dentro de otros bosques al largo de todo el concejo. También pueden verse ejemplares aislados de haya de gran porte como, por ejemplo, los que hay en el paseo de los Frailes, entre el campo de San Roque y Tineo.

2 comentarios:

  1. Explendida belleza de nuestros bosques, pena estar en una urbe y no poder pasear por ellas

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  2. Una pena porque ahora mismo, la mayoría de los bosques están preciosos.

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