Cuando la nieve cubre las zonas más altas de los montes se producen desplazamientos de las aves a zonas más bajas, pudiendo observarse entonces gran número de especies que buscan sustento en las zonas que quedan descubiertas.
No dudan en acercarse a los pueblos donde saben que pueden obtener alimento fácil como restos de comida, frutas, semillas o los pocos insectos que quedan activos.
Las pomaradas son visitadas entonces por multitud de aves como mirlos (Turdus merula) y currucas capirotadas (Sylvia atricapilla) que se alimentan de las pocas manzanas que han quedado en los árboles sin recoger. Urracas (Pica pica), Gorriones (Passer domesticus), escribanos montesinos ( Emberiza cia) o petirrojos ( Erithacus rubecola) entran a los gallineros en busca de comida. Carboneros (Parus major) y herrerillos (Cyanistes caeruleus) revolotean incansables entre las ramas en busca de algún insecto o semilla.
Una forma de ayudar a estas aves a pasar el invierno es colocar comederos artificiales. Pueden ser modelos comprados del tipo tolva o caseta donde se les puede poner semillas para canarios o periquitos, o quien tenga tiempo y habilidad puede fabricarlos él mismo. Un comedero muy sencillo de hacer consiste en una cesta que se puede hacer con una simple red de una bolsa de naranjas, o algo más elaborada con tela metálica de la que se usa para hacer jaulas y unas bridas de plástico para unirla y que se rellenan con una mezcla de semillas y manteca de cerdo derretida a la que se da forma de bola. Se cuelga en alguna rama o incluso en los soportes de los tendales de las casas y es fácil que si no se les molesta mucho comiencen a acercarse sobre todo carboneros.
El comedero debe mantenerse lleno durante todo el invierno y debe retirarse al inicio de la primavera, cuando empieza a mejorar el tiempo.
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