Otra planta que podemos encontrar en terrenos húmedos como turberas o paredes rezumantes es la grasilla o tiraña (Pinguicola grandiflora). Consta de una roseta de hojas situadas en la base, de la cual surgen tallos sin hojas que acaban en una flor de color azul o violeta.
La peculiaridad de esta planta es que se trata de una planta carnívora. Las hojas son muy viscosas debido a las sustancias que segregan dos tipos de glándulas, las pedunculadas que producen mucílago que sirve para capturar los insectos y las sésiles que son las encargadas de segregar las enzimas digestivas y absorber los nutrientes resultantes. Otra característica de la mayoría de especies de grasilla es que son capaces de enrollar las hojas una vez capturadas las presas. De este modo protegen los enzimas de la lluvia evitando su disolución al mismo tiempo que ponen en contacto con la presa una mayor cantidad de las glándulas digestivas.
Parece ser que también son capaces de crear una especie de huecos o hundimientos por debajo del insecto atrapado. Estos huecos son llenados por las enzimas de tal forma que la presa queda sumergida en los mismos aumentando así la eficiencia de la digestión.
Muy bonita, las plantas carnívoras tienen algo especial...
ResponderEliminarUn saludo
Gracias. Esta especie en concreto está estos días en todo su esplendor.
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