En Asturias podemos encontrar dos especies de perdices, la perdiz roja (Alectoris rufa) y la pardilla (Perdix perdix).
Mientras la primera ocupa gran parte del territorio, la pardilla se encuentra principalmente en brezales y piornales por encima de los 1.000 m.s.n.m aunque en invierno puede encontrarse a menor altitud.
La perdiz roja es una especie adaptable encontrándose en multitud de hábitats desde cultivos hasta brezales y tojales, compartiendo hábitat en ocasiones con la pardilla. Los adultos son principalmente vegetarianos. Su dieta se compone principalmente de semillas, brotes, raices, flores y un pequeño porcentaje de insectos. En el caso de los pollos y debido a sus elevadas necesidades energéticas y de proteínas, el mayor porcentaje de su dieta corresponde a insectos, arácnidos etc. A medida que se desarrollan, la dieta se vuelve más vegetariana.
Grupo de A. rufa
El nido es apenas una depresión excavada en el terreno e la que depositan una medía de 12 huevos que son incubados durante 23 días. Normalmente se encarga de ello la hembra pero se ha comprobado que los machos también incuban. Los pollos, al nacer, son nidífugos, es decir que se desplazan acompañando a la madre en busca de comida. Los que logren sobrevivir a estos primeros días formarán junto a sus padres bandos invernales, para al final de esta estación con la formación de nuevas parejas comenzar a dispersarse.
En el caso de la perdiz pardilla ibérica, es una especie típica de hábitats montañosos, encontrándose, en el caso de Asturias, en las montañas de la Cordillera. Esto contrasta con el hecho de que en el resto de Europa el hábitat típico de las pardillas son las llanuras cultivadas.
La dieta típica de las perdices pardillas adultas consta también de diversos tipos de semillas, brotes y hierbas. En el caso de los pollos, la dieta consta de diversas especies de artrópodos como hormigas, escarabajos y larvas de lepidópteros. El nido se sitúa al abrigo de algún matorral. En el depositan entre 15 y 17 huevos que son incubados durante 23 días por la hembra. Los pollos, al igual que los de la perdiz roja, son nidífugos, desplazándose a las pocas horas junto a su madre en busca de comida.
Adulto de P. perdix
En ambas especies el pico máximo de nacimiento de pollos tiene lugar en el mes de julio, en el caso de la roja en la primera quincena y en el de la pardilla en la segunda y tercera semana. Por eso estos días es frecuente tropezarse con alguna familia. Sin ir más lejos la pasada semana encontré dos nidadas de pardilla y una de roja, todas de muy pocos días de vida. Normalmente no te percatas de la presencia de ellas hasta que casi las pisas ya que al detectar un depredador se quedan absolutamente inmóviles.
A. Rufa simulando estar herida.
Si este se acerca mucho, los adultos salen arrastrando las alas y formando un escándalo considerable, aparentando estar heridos como ya comenté en alguna otra entrada, para así atraer la atención del depredador, momento que aprovecharán los pollos para literalmente desaparecer entre la vegetación.
Pollo de P. perdix
En las fotos se puede ver un pollo de pardilla y otro de perdiz roja, absolutamente inmóviles intentando pasar desapercibidos, mientras sus hermanos habían desaparecido entre la vegetación. En el caso de la nidada de perdiz roja, me aparté unos metros hasta una zona desde la que podía seguir viendo con los prismáticos el terraplén del camino en el que se habían escondido los pollos. Al poco ya oí al adulto. Había salido volando intentando atraer mi atención y tras dar un rodeo ya estaba otra vez allí. Nada más oir la llamada comenzaron a contestar los pollos y a salir del escondite a toda velocidad para reencontrarse con su madre. Pude contar al menos siete.
Pollo de A. Rufa
En el caso de las pardillas, en una de las nidadas únicamente pude ver tres pollos, uno de ellos el de la foto. Calculo que tendrá unos 5 o 6 días por que ya pueden verse los cañones de las plumas del ala. En el caso de la otra nidada pude ver al menos 5 pollos esconderse, pero había más porque cuando comenzó a llamarlos la madre podía oirse a varios más.
Afortunadamente esos días hacía bastante buen tiempo, ya que el frío y el agua son uno de los mayores enemigos de los pollos. Con mal tiempo es más difícil encontrar los insectos que les sirven de alimento y además tienen que pasar mucho tiempo calentándose, y por tanto, dedicando menos tiempo a la alimentación. Además tienen que hacer frente a depredadores, accidentes, cazadores en el caso de roja etc… por lo que solo unos pocos, los más fuertes, van a llegar a adultos. Respecto a la caza, a pesar de estar prohíbida la caza de la pardilla en Asturias, todos los años cae alguna en zonas de solapamiento de ambas especies porque hay mucho “gatillo fácil” incapaz que esperar a identificar que especie es la que tiene en el punto de mira. Se que es perder el tiempo, pero no está de más recordarles que antes de disparar hay que asegurase bien de a qué se está disparando.
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ResponderEliminarGracias. En Tineo la presencia de la pardilla se limita a la zona de los Cadavales y alrededores aunque antigüamente tengo constancia de que se encontraba también, al menos, en la zona de Santiellos y el pico Mulleiroso.
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