El nombre de Obona va
inevitablemente unido al Monasterio de Santa María la Real situado en las
inmediaciones y que era paso obligado para los peregrinos que se dirigían a
Santiago de Compostela.
En lo que apenas se repara es en el inmenso bosque de
castaños que hay en las inmediaciones y por el que discurre en parte dicho
camino de Santiago. Se extiende a lo largo de más de doscientas hectáreas desde
el Alto de Piedratecha hasta Troncedo.
Puede dar una idea de su importancia el
hecho de que en el año 1997, en un artículo publicado en la revista Biológica,
dedicada a la divulgación de temas de
conservación e investigación de la naturaleza, ya se hablaba de este bosque
como uno de los de mayor entidad de la región.
Además, estos días de otoño
presenta unos magníficos tonos dorados y marrones que realzan aún más si cabe
el entorno en el que se encuentra el Monasterio. Sin duda merece la pena que
peregrinos o visitantes hagan un alto en el camino para contemplarlo.
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